
Hoy estaba viendo a mi gato al través de la ventana. Estaba muy quieto, no durmiendo, solo estaba ahí. En otros momentos puede estar muy atento, siguiendo el movimiento de un pequeño gusano que pasa.
De repente, puede decidir que es suficiente, se para, se estira, y se va a vagar por ahí. Puede encontrar un lugar soleado, y tirarse a saborear el momento.
Si está hambriento, encontrará algo que comer, o buscará a esa persona que le dará comida. Él podrá buscarme, tan solo porque quiere compañía, o tal vez podrá ser porque sabe que me gusta y quiere ser bueno conmigo.
Si se siente con energía, podría ir de caza. Muy cuidadoso de no dejarse ver, siguiendo el movimiento de un pájaro, esperando el momento correcto para una carrera rápida y un brinco para atraparlo. Algunas veces puede ser generoso, y compartir conmigo su presa.
Por la noche, puede moverse por la casa, como si estuviera de guardia, atento a presencias no deseadas, manteniéndose seguro de que estamos a salvo. Durmiendo un poco entre los rondines hasta descubrir que he despertado para saludarme.
Me hace recordar lo dicho por un monje budista: cuando como, como. Cuando duermo, duermo.
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