
Empezaré un taller de mindfulness la semana entrante. Algunos me preguntan qué es lo que hace que tantos hablen de mindfulness.
Bueno, hay muchas cosas buenas sobre la práctica de mindfulness, pero puedo decirte que una que me sorprende es el momento “¡oh!” o “¡Ajá!
Permíteme explicar. La práctica continua te permite estar más consciente. Consciente acerca de de que estás sintiendo, de cómo confrontas las situaciones en tu vida
Ahí es cuando el momento “¡Oh!” entra en acción. De repente, una situación te hace sentir mal, o enojado. Pero te das cuenta de eso. Así que, en lugar de reaccionar a la situación, eres consciente de cómo te hace sentir. Haces una pausa, puede ser una pausa pequeña pero consciente, y te dices a tí mismo: ¡Ajá! Me siento enojado, pero – por ejemplo – no es la persona quien me hace enojar, sino lo que ella o él me dijo. Así que puedo actuar acordé con la situación. Puedo decir: no me agradó la manera como me estás hablando, me siento enojado.
Al hacer eso, uno puede enfrentar la situación sin una reacción de enojo, sino sabiendo dónde estás parado, y encontrar una mejor manera para solucionarlo.
Puede ser una situación en la que estoy juzgando a alguien. El momento “¡Oh! entra en acción, y puedo ver que es mi propia perspectiva que se interpone para entender a otro.
Así que, además de ser una práctica que me ayuda con la atención, mi salud, mi bienestar, para mí el momento “¡Oh!” es un tesoro.