
Como profesor en la Universidad Marista de San Luis Potosí, he trabajado con adolescentes por al menos 12 años, en la escuela preparatoria.
A menudo hay presión de los padres, compañeros y profesores. Es un tiempo para los estudiantes para reafirmar quienes son y de especular cuál será el futuro para ellos. Los papás tienen su propia idea de lo que esperan de ellos, pero los adolescentes quieren ser ellos mismos, como un individuo único, y también quieren encajar en el grupo, lo que puede confundirlos sobre quienes son en realidad.
Creo que hay algo que el adolescente puede aprender en esta etapa, y esto es conectar hacia adentro, aprender una técnica que les permita conectar con ellos mismos (individualmente), en el momento presente, conscientemente.
El mindfulness puede ser eso. Pueden aprender a pausar, el conectar con sus sentimientos y entender de dónde vienen. Es una técnica que puede hacer que disminuya un estado de ansiedad, que enfoquen de mejor manera y por más tiempo, y ser más empáticos.
Es una manera de conocerse sin etiquetas, entender quiénes son, y que tienen la oportunidad de escoger. Cómo dijo Carl G. Jung: “Solo se volverá clara tu visión cuando puedas mirar en tu corazón. Porque quien mira hacia afuera sueña, y quien mira hacia adentro despierta”.